Educación Popular y Escuela Pública
La educación transforma o conserva las relaciones sociales. No hay una tercera posibilidad.
El sistema actual reproduce la estructura social de la opresión mediante prácticas y rutinas diarias, las relaciones de poder en el aula y entre el personal y la comunidad.
Ha servido mas para ocultar la realidad que para mostrarla, contribuyendo a construir una identidad alejada de las raíces históricas y de aquello que nos hace pensar y sentir comunitariamente.
Sabemos que convivimos con dos proyectos: el hegemónico o de dominación de las minorías sobre las mayorías y el popular enraizado en la historia de la “larga lucha de los argentinos”.
Y a partir de esto debemos optar: para qué educamos, desde donde y hacia donde miramos el mundo, a favor de qué enseñamos y en contra de qué.
Si la escuela no logra promover un análisis dialéctico de la historia oficial y de la realidad actual sólo enseña fechas, símbolos, anécdotas y un cúmulo de datos sesgando el pasado y el presente al transmitir la parte inocua para el “status quo”.
Sin saberlo muchos docentes contribuyen así a ocultar conflictos y acciones colectivas y a descontextualizar saberes impidiendo el cuestionamiento de las propuestas emanadas desde técnicos y editoriales que responden al pensamiento único.
Es que en general conocen un solo aspecto de las teorías educativas, las no críticas y es muy difícil acceder a las teorías críticas.
Es la escuela pública, laica, estatal, gratuita el espacio natural para desarrollar la pedagogía popular, para romper el aislamiento, el autoritarismo, la competencia, la discriminación y el individualismo que sembraron años de represión y neoliberalismo, para recuperar valores y la coherencia entre el decir y el hacer.
Es nuestro objetivo mayor que el Proyecto Nacional Educativo sea un proyecto de Educación Popular, que cree en cada institución un colectivo docente que pueda actuar y reflexionar sobre la tarea y que involucre a todos / as los miembros de la comunidad educativa, pero mientras avanzamos en esta dirección ahora podemos trabajar sobre las contradicciones y producir cambios de abajo hacia arriba.
Favorecer la crítica de cada conocimiento, mirar en la historia y realidad latinoamericanas mostrar la organización en cada hecho histórico, proponer la participación son parte de la Educación Popular, que supone además una metodología dialéctica, una concepción de que la creación de conocimientos es colectiva, una permanente práctica grupal, una relación democrática y una teoría estrechamente ligada a la práctica.
Dejemos que Paulo Freire nos lo exprese:
“No hay que esperar a que la sociedad cambie para luego hacer una escuela...”
“Yo no tengo duda alguna de que la escuela es importante, es fundamental; no hay que superar, no hay que suprimir la escuela. Pero hay que hacerla un espacio – tiempo de alegría, de satisfacción y de saber y por tanto, de disciplina. No puede ser un espacio de irresponsabilidad y tampoco de autoritarismo.” (1)
Así nos queda claro que jamás la educación popular puede estar reñida con la escuela sino que debe estar en ella.
Siendo una pedagogía del diálogo y no del discurso, de la pregunta y la búsqueda de sus respuestas, de lo grupal y solidario y no del individualismo y la competencia, de la sensibilidad y el descubrimiento, del compromiso con los oprimidos: es una pedagogía de la alegría, de la libertad y de la esperanza.
María Elena Benso - Berenice Negrín (Área de Educación Popular del Mov. Barrios de Pie)
(1) Paulo Freire – Conversando con educadores. Montevideo. Ed. Roca Viva 1990
La educación transforma o conserva las relaciones sociales. No hay una tercera posibilidad.
El sistema actual reproduce la estructura social de la opresión mediante prácticas y rutinas diarias, las relaciones de poder en el aula y entre el personal y la comunidad.
Ha servido mas para ocultar la realidad que para mostrarla, contribuyendo a construir una identidad alejada de las raíces históricas y de aquello que nos hace pensar y sentir comunitariamente.
Sabemos que convivimos con dos proyectos: el hegemónico o de dominación de las minorías sobre las mayorías y el popular enraizado en la historia de la “larga lucha de los argentinos”.
Y a partir de esto debemos optar: para qué educamos, desde donde y hacia donde miramos el mundo, a favor de qué enseñamos y en contra de qué.
Si la escuela no logra promover un análisis dialéctico de la historia oficial y de la realidad actual sólo enseña fechas, símbolos, anécdotas y un cúmulo de datos sesgando el pasado y el presente al transmitir la parte inocua para el “status quo”.
Sin saberlo muchos docentes contribuyen así a ocultar conflictos y acciones colectivas y a descontextualizar saberes impidiendo el cuestionamiento de las propuestas emanadas desde técnicos y editoriales que responden al pensamiento único.
Es que en general conocen un solo aspecto de las teorías educativas, las no críticas y es muy difícil acceder a las teorías críticas.
Es la escuela pública, laica, estatal, gratuita el espacio natural para desarrollar la pedagogía popular, para romper el aislamiento, el autoritarismo, la competencia, la discriminación y el individualismo que sembraron años de represión y neoliberalismo, para recuperar valores y la coherencia entre el decir y el hacer.
Es nuestro objetivo mayor que el Proyecto Nacional Educativo sea un proyecto de Educación Popular, que cree en cada institución un colectivo docente que pueda actuar y reflexionar sobre la tarea y que involucre a todos / as los miembros de la comunidad educativa, pero mientras avanzamos en esta dirección ahora podemos trabajar sobre las contradicciones y producir cambios de abajo hacia arriba.
Favorecer la crítica de cada conocimiento, mirar en la historia y realidad latinoamericanas mostrar la organización en cada hecho histórico, proponer la participación son parte de la Educación Popular, que supone además una metodología dialéctica, una concepción de que la creación de conocimientos es colectiva, una permanente práctica grupal, una relación democrática y una teoría estrechamente ligada a la práctica.
Dejemos que Paulo Freire nos lo exprese:
“No hay que esperar a que la sociedad cambie para luego hacer una escuela...”
“Yo no tengo duda alguna de que la escuela es importante, es fundamental; no hay que superar, no hay que suprimir la escuela. Pero hay que hacerla un espacio – tiempo de alegría, de satisfacción y de saber y por tanto, de disciplina. No puede ser un espacio de irresponsabilidad y tampoco de autoritarismo.” (1)
Así nos queda claro que jamás la educación popular puede estar reñida con la escuela sino que debe estar en ella.
Siendo una pedagogía del diálogo y no del discurso, de la pregunta y la búsqueda de sus respuestas, de lo grupal y solidario y no del individualismo y la competencia, de la sensibilidad y el descubrimiento, del compromiso con los oprimidos: es una pedagogía de la alegría, de la libertad y de la esperanza.
María Elena Benso - Berenice Negrín (Área de Educación Popular del Mov. Barrios de Pie)
(1) Paulo Freire – Conversando con educadores. Montevideo. Ed. Roca Viva 1990
No hay comentarios:
Publicar un comentario